El árbol del durazno (Prunus pérsica) es un árbol frutal caducifolio.
Su fruto, el durazno, tiene una única y gran semilla que posee una cáscara dura. El durazno posee una carne amarilla o blanquecina de sabor dulce. Esta fruta, junto con las cerezas y ciruelas son frutas de hueso que reciben el nombre de drupas. Hay distintos tipos de duraznos. Unos cuya carne se separa fácilmente del hueso prescos y en otros que se adhieren firmemente a él. Las variedades de carne blanca son muy dulces, mientras que las de carne amarilla, poseen un fondo ácido, que se saborea junto a su dulzor. La piel de ambas variedades tiene tonos rojizos y amarillos.
Necesita para ser cultivado condiciones de frío invernal, al mismo tiempo, no son resistentes a las heladas y en verano requieren temperaturas altas para que madure la cosecha.
Esta especie debe estar expuesta al sol y contar con una buena ventilación. La mejor época para plantarlos es a comienzos de invierno, de esta forma las raíces tienen tiempo de afirmarse para poder alimentar los brotes primaverales.

En cuanto al riego, se utiliza el riego por goteo ya que requiere grandes cantidades de agua. El Durazno tiene unas altas necesidades de nutrientes, requiriendo más nitrógeno que la mayoría de los frutales.