Es una plaga típica de manzanos. El pulgón, al alimentarse de las raíces inyecta secreciones que producen nódulos o tumores, los que no permiten un desarrollo regular de la planta, disminuyendo el crecimiento. En la parte aérea, los ataques se sitúan generalmente en heridas y pecíolos de las hojas de ramas de 1 a 2 años, las yemas atacadas pierden la capacidad de transformarse en fruto. Junto con el ataque del pulgón pueden colonizar el árbol hongos fitopatógenos, los que serán responsables del empeoramiento de las condiciones de desarrollo de la planta y su paulatino debilitamiento, que puede llegar a la muerte de la planta por desecación. Las plantas con estos problemas pueden ser tratadas con un insecticida sistémico de larga proteccion residual, para así frenar la invasión protegiendo al resto de plantas.